EMDR son las siglas en inglés de Eye Movement Desensibilization and Reprocessing, conocida en español como Terapia de Desesibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares.
La terapia EMDR es una técnica de psicoterapia efectiva y ampliamente investigada. Ha demostrado ayudar a las personas a recuperarse de un suceso traumático y otras experiencias vitales enquistadas en su pasado y con consecuencias en el presente, asociadas a problemas de salud mental como el estrés postraumático (TEPT), la ansiedad, la depresión y muchas otras patologías.
La terapia EMDR se centra en el recuerdo y reprocesamiento de la experiencia traumática que ha experimentado la persona y es una herramienta completa que utiliza la estimulación bilateral para reprocesar estos trastornos.
El objetivo de la terapia EMDR es integrar correctamente los eventos o situaciones traumáticas que haya experimentado la persona en su historia.
La terapia EMDR se basa en que una situación traumática es una información que se ha almacenado incorrectamente en el cerebro, por lo que no se puede integrar de manera normal en la vida de la persona. Los estímulos que se asimilan y generalizan al evento o estímulo original desencadenan una serie de síntomas relacionados con estrés y ansiedad, bloqueo o incluso disociación.
Nuestros cerebros tienen una forma natural de recuperarse de recuerdos traumáticos. Este proceso conlleva la comunicación entre el hipocampo (un área que ayuda con el aprendizaje, incluidos los recuerdos sobre seguridad y peligro) con la amígdala (un núcleo del cerebro que funciona como señal de alarma para eventos estresantes), y la corteza prefrontal (que analiza y controla la conducta y las emociones). Si bien muchas veces las experiencias traumáticas se pueden gestionar y resolver espontáneamente, es posible que en muchos casos no se procesen de una forma sana para esa persona, con el contexto donde fue vivida.
Las respuestas al estrés son parte de nuestros instintos naturales de lucha, huida o bloqueo. Estas respuestas se activan automáticamente y de manera natural ante un estímulo que interpretamos como amenazante, y se desactivan cuando sentimos que el peligro ha pasado, o nuestro sistema interpreta que ha pasado. Sin embargo, cuando ocurre algo que supera la capacidad del cerebro para procesarlo, estas respuestas siguen activas, y los pensamientos y emociones perturbadoras pueden generar una sensación que nos sobrepasa, de estar de vuelta en ese momento, o de que el tiempo se ha detenido en ese instante, que no podemos superar. La terapia EMDR ayuda al cerebro a reprocesar estos recuerdos de una manera más sana, permitiendo que se reanude el proceso de integración que quedó interrumpido. La experiencia aún se recuerda, pero la respuesta de lucha, huida o congelación asociada a la situación pasada se resuelve, porque queda digerida.
Una sesión de EMDR en Fuengirola comienza por escuchar la historia de la persona, y la rememoración de recuerdos y sentimientos relacionados con ese momento, tal como lo vivió y sintió. Posteriormente, el terapeuta utiliza la estimulación bilateral cerebral, ya sea mediante movimientos oculares, tapping (dar golpecitos) o mediante sonidos, estimulando un hemisferio cerebral cada vez (izquierdo-derecho-izquierdo, etc.)
Durante esta estimulación, la persona podrá conectar esa memoria a redes de memoria más extensas e integrarla en su pasado de una forma que ahora, en el presente, si pueda digerir, y sin sufrir constantes perturbaciones negativas.
Esto es posible gracias al mecanismo de reprocesamiento de la información, permitiendo la modificación de la memoria traumática, produciendo un flujo de información entre ambos hemisferios cerebrales, liberando una información que estaba bloqueada o integrada como amenazante, como consecuencia de un trauma, y logrando una desensibilización de las emociones desadaptativas, a la vez que estimulando al cerebro para encontrar nuevas emociones más adecuadas a su situación presentes.
Con la terapia EMDR en Fuengirola tenemos la oportunidad de reprocesar los recuerdos, pensamientos e imágenes de esa situación traumática, para poder integrarla de manera adaptativa y mejorar los síntomas de ansiedad, agitación, nerviosismo, pesadillas, etc.
Los terapeutas utilizan la terapia EMDR para abordar una amplia gama de problemas:
En todos estos problemas hay investigación mostrando efectos favorables. El enfoque de EMDR no está centrado en el diagnóstico de etiquetas, que tanto daño ha hecho, sino en la base de cada trastorno, que está influida por el ambiente en el que la persona se ha desarrollado y se ha relacionado. Aunque algunas patologías tienen importantes componentes genéticos, socioculturales o tóxicos, la terapia EMDR trabaja sobre las circunstancias vitales no procesadas que contribuyen a los problemas actuales.
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